¿Se hereda? ¿Se adquiere? ¿Se cultiva? ¿Se pierde? ¿Se transforma? ¿Se contagia? ¿Por cuáles canales se trasmite? ¿Cómo se hace colectiva? ¿Es creativa?
¿En qué momento se convierte en digna? ¿Cuándo empieza a distanciarse del rencor y la venganza? ¿Se acerca a la justicia?
¿Cómo es que se convierte en raíz histórica de pueblos enteros, diferentes en geografía, lengua, cultura, historia, tiempo?
¿Es la rabia el puente entre el dolor y la rebeldía?
¿En qué momento la angustia, la desesperación, la impotencia se convierten en rabia?
¿Y si los desaparecidos, las desaparecidas, le heredan, a la inversa, la rabia a quienes les buscan? ¿Y si paren a sus progenitoras?
¿Y si las buscadoras no buscan consuelo, lástima, simpatía, la limosna del oído ajeno? ¿Y si también buscan nuestra rabia?
¿Y si todas las rabias tienen una misma raíz y ellas, nosotros -los pueblos-, nos encontramos en esa raíz?
¿Nos saludaremos? ¿Tendremos fuerzas para sonreírnos, abrazarnos, intercambiar no sólo dolores, sino también los datos del responsable – su mismo rostro (aunque distinto), su risa sardónica, su mirada burlona, su cinismo, su modo de saberse impune, la bandera del dinero-?
¿Y si alguna vez, en el inconcluso libro de la historia, alguien mira una luz, cualquiera, que, sin aspavientos ni consignas, señale “esta luz la parió la rabia”?
¿Y si lo que nos une, a pesar de todas las diferencias, es una misma rabia? ¿Quién habrá de enfrentarnos? ¿Quién nos sentenciará a la misma derrota de antaño, de ahora, de hoy mismo? ¿Quién nos amenazará con un mañana igual al ayer?
¿Quién perderá y quién encontrará?
-*-
Jóvenas y jóvenes zapatistas practicando una obra de teatro para la celebración de los 30 años del inicio de la guerra contra el olvido. Imágenes cortesía de Los Tercios Compas, copyleft diciembre del 2023. Música de Keni Arkana: “La Rage”.
El Capitán.
México, diciembre del 2023.
40, 30, 20, 10, 1 año después.