Al Ejercito Zapatista de Liberación Nacional
Al Concejo Indígena de Gobierno
Al Congreso Nacional Indígena
Al pueblo digno y rebelde de Guerrero
A los medios libres, alternativos o como se llamen
A los medios de comunicación de paga pero honestos
A la sexta nacional e internacional
A los pueblos de México y el mundo
El Concejo Indígena y Popular de Guerrero Emiliano Zapata CIPOG-EZ saluda con alegría la dignidad y resistencia de los pueblos Nahua de la montaña baja, en los municipios de Chilapa y José Joaquín de Herrera que se organizan desde hace cuatro años en el Sistema Comunitario de Seguridad y Justicia de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias de los Pueblos Fundadores.
Cumplir cuatro años de combatir la delincuencia, de enfrentar el hostigamiento del ejército y de vivir en carne propia la represión, con la zozobra que dejan 67 órdenes de aprensión y un preso se dice fácil. Pero sentir el dolor y la rabia como mujeres, niños y ancianos mientras se marcha por las calles de Chilpancingo, bajo un sol de por lo menos cuarenta grados, es otra cosa. Regresar a nuestras casas de madera y lámina, sin saber en qué momento nos vuelven a llover las balas o pensar que cuando nuestros hijos e hijas salen por las veredas, pueda ser que ya no regresen.
Sabemos que no es fácil, sabemos también, que nadie se da cuenta, que muy pocos lo ven o simplemente no les interesa. En este país donde ahora se vive como en una fantasía, donde los jóvenes están aspirando a tener todo lo que les llega a su teléfono celular. ¿Qué importan los indígenas? ¿Qué importa si viven o mueren? ¿A quién le importa si comen, o pueden dormir, o se enferman, si tienen o no tienen techo, salud, educación o futuro? ¿A quién le importa si nos mienten una y otra vez los gobiernos de derecha, o de supuesta izquierda?
Nosotros los pueblos Nahua, Na Savi, Me´phaa, Ñamnkué y Afromexicanos de Guerrero como CIPOG-EZ llegamos llenos de alegría el día de hoy, porque sabemos lo que les ha costado detener la violencia que se desato en su territorio por la ambición de quienes no respetan la vida. Sabemos que el camino es largo y difícil, sabemos lo duro que es abrir el camino cuando monte se cierra y nadie nos tiende la mano. Cuando llegamos a este territorio nos rencontramos con aquellos y aquellas que marchamos juntos hace décadas, para exigir el reconocimiento constitucional de los pueblos indígenas. Y a pesar de la traición a los acuerdos de San Andrés, nosotros decidimos ejercer la libre autodeterminación de los pueblos, a través de nuestras asambleas haciendo uso de nuestros usos y costumbres, que es la democracia participativa.
La guerra de despojo bien lo sabemos que no empezó apenas llevamos cinco siglos resistiendo desde aquel 12 de octubre de 1492, cuando con la llegada de los europeos inicio una de las guerras más largas de la historia de la humanidad: la guerra de exterminio contra los pueblos originarios, contra su cultura y su forma de vida. Los europeos se dieron cuenta de la división entre los distintos pueblos y la aprovecharon para hacer alianzas con los inconformes, los usaron como guía y carne de cañón, así iniciaron la campaña militar más feroz contra los pueblos que se resistían, armas de fuego contra flechas y lanzas.
Muchos pueblos resistieron y pelearon contra los invasores, los pueblos mejor organizados son los que no fueron dominados y los pueblos que no estaban preparados fueron arrasados totalmente, Los ancianos sabios, hombres y mujeres fueron asesinados, los hombres jóvenes y fueron tomados como esclavos y las mujeres jóvenes fueron tomadas como botín de guerra.
Hoy nos anuncian una cuarta transformación nacional, pero nosotros recordamos bien, que ni después de la guerra de independencia, ni después de la revolución se acordaron de los pueblos indígenas que derramaron su sangre. Los gobiernos que siguieron después escribieron constituciones que nos enterraron en el olvido.
Fue hasta el primero de enero de 1994 con el alzamiento del EZLN que nuevamente con las armas en la mano se derramo la sangre de nuestros pueblos y solo así, iniciamos de nueva cuenta un proceso de organización nacional, donde nos sentimos convocados y asistimos el 16 de febrero de 1996 cuando el gobierno se comprometió a modificar la Constitución para plasmar nuestros derechos, incluyendo territorio, libre determinación y autonomía diferenciada a los Pueblos Indígenas de México. Pero se traiciono en el Congreso de la Unión en 2001 y aquí seguimos décadas después, ejerciendo nuestros derechos y escuchando nuevas promesas que olvidan nuestras luchas.
Uno de los aprendizajes que nos deja el proceso zapatista es que es importante resistir pero también es importante construir el mundo que queremos aquí y ahora. En su práctica, los zapatistas han puesto de cabeza al capital, han aprendido que la capacidad de determinarse políticamente también tiene que ser expropiada, su mandar obedeciendo pone fin al político profesional y la propiedad colectiva de sus territorios pone fin al capitalista-empresario.
Por eso llamamos a todos los pueblos indígenas, mestizos y afromexicanos del estado de Guerrero a organizarnos, no queremos más líderes que traicionen, ni partidos y políticos que nos utilicen. Nosotros tenemos en nuestras raíces la dignidad y coraje de los pueblos que nacieron esta patria y que la han defendido con su sangre, ahora nos toca a nosotros enfrentar la mentira y la traición de los malos gobiernos que nos quieren someter al sistema capitalista. Queremos organizarnos con todos los pueblos para lograr una verdadera libertad, con democracia participativa y justicia para todas y todos.
Vamos por todo, queremos Salud, Justicia, Democracia, Techo, Educación, Tierra, Paz, Alimentación, Libertad, Trabajo, Información, Independencia y Cultura. No queremos que ningún gobierno nos regale nada, queremos que respeten nuestros usos y costumbres, queremos que respeten nuestras instituciones comunitarias y que nos dejen ejercer libremente nuestra autodeterminación.
Desde hace veinte tres años hemos avanzado con la seguridad y la justicia en nuestras comunidades, esos pasos en la construcción de nuestra autonomía han sido muy importantes y siguen abriendo caminos, a pesar de los ataques de la delincuencia y la represión gubernamental. Ahora queremos avanzar con el siguiente paso que es la educación, pero no una educación como la oficial, que les enseña a nuestros jóvenes a avergonzarse de su cultura y su vestimenta, y los aleja de sus comunidades para ingresar a las empresas como obreros calificados o como funcionarios menores en dependencias de gobierno.
El CIPOG-EZ se propone crear centros de saberes para la formación política, técnica y cultural de promotores y promotoras, con la participación de niños, jóvenes, señores, señoras y abuelos que fomenten el pensamiento comunitario. Que seamos todos guardianes de nuestros pueblos. Que todos caminemos, que nadie se quede atrás. Buscamos ser facilitadores para la organización y el ejercicio del derecho colectivo.
Los Centros de Saberes son una propuesta educativa para resolver en colectivo y de manera autogestiva nuestras demandas y necesidades: seguridad y justicia, defensa del territorio, alimentación, producción y mercado interno, información, educación y salud comunitaria. Para rescatar nuestra cultura, nuestra memoria y la experiencia de nuestras comunidades.
¡Viva la CRAC-PC de los pueblos fundadores!
¡Viva el Congreso Nacional Indígena!
¡Por la reconstitución integral de los pueblos indígenas!
¡Vamos por todo!
Salud, Justicia, Democracia, Techo, Educación, Tierra, Paz, Alimentación,
Libertad, Trabajo, Información, Independencia y Cultura.