YUCATAN A 3 DE SEPTIEMBRE DE 2021.
A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN.
A LOS GRUPOS DEFENSORES DE DERECHOS HUMANOS.
AL CONGRESO NACIONAL INDÍGENA, CONSEJO INDÍGENA DE GOBIERNO.
La Asamblea Maya Múuch’ Xíinbal, es una organización de comunidades que caminamos juntos con el objetivo de defender nuestro territorio de los megaproyectos empresariales que buscan despojarnos de lo que aún nos pertenece como pueblo maya. Estos proyectos de muerte tienen varias cartas de presentación: se llaman parques solares, parques eólicos, granjas de cerdos, turismo verde, cultivos transgénicos, y ahora el proyecto bandera de la administración de Andrés Manuel López Obrador: el “TREN MAL LLAMADO MAYA”. Todos ellos han deforestado –y lo siguen haciendo– miles de hectáreas en nuestro territorio peninsular; han saqueado –y lo siguen haciendo– los vestigios arqueológicos de nuestro pueblo, como los hallados en el trazo del tren, y ya han acumulado concesiones de agua subterránea, privatizando el vital líquido indispensable para la vida humana y la agricultura en las comunidades mayas.
Estos megaproyectos contaminan la tierra, el agua, el aire y los alimentos que todos consumimos. La calidad de vida está en declive y el futuro de muchas generaciones está en riesgo. La cultura maya que nos da identidad, sentido y dignidad y está en riesgo, así como LA VIDA DE LOS DEFENSORES DE LOS DERECHOS HUMANOS DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS: más de 60 defensores de la tierra, los ríos, el agua, las semillas y el territorio en México han sido asesinados o desaparecidos en los últimos tres años, correspondientes a la administración autodenominada “cuarta transformación”.
En relación con lo anterior, el pasado miércoles 1 de septiembre el director del FONATUR, Rogelio Jiménez Pons, hizo unas declaraciones públicas en las que tildó a la Asamblea de Defensores del Territorio Maya MÚUCH´XÍINBAL, de ser una agrupación de “extrema derecha” por promover amparos contra las múltiples violaciones del proyecto del tren.
Ante ello, la Asamblea de Defensores del Territorio Maya MÚUCH´XÍINBAL responde:
1.- Acusamos al gobierno federal de racista y promotor de la violencia contra los indígenas. La ridiculez inaudita e insensata de etiquetarnos como “grupo de ultraderecha” no sólo expone la supina ignorancia de su vocero Jiménez Pons, sino hace evidente su propensión a la mentira, la simulación y la mala fe.
2.- La Asamblea de Defensores del Territorio Maya MÚUCH´XÍINBAL ha recurrido a la defensa legal de su territorio y sus derechos con los mecanismos y herramientas que la misma ley y el sistema de justicia nos otorga. Nos hemos amparado y hemos solicitado medidas cautelares a la CNDH y la CIDH. No es ningún delito recurrir a la defensa legal y a las medidas cautelares. Es un derecho legítimo que parecen incomodarle mucho al Sr. Jiménez Pons y a sus coyotes de la 4T.
3.- Con su lenguaje soez de político vulgar y corrupto, el Sr. Jiménez Pons nos acusa de querer “joder” al presidente y a la 4T. Al respecto le aclaramos, para que entienda, que no queremos “joder” a nadie, sino al revés: sólo tratamos de evitar que nos “joda” el tren militar de su jefe López.
4.- Por último, responsabilizamos al presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, y a su patético subordinado y director del FONATUR, Rogelio Jiménez Pons, de cualquier amenaza, percance o daño físico que pudiera ocurrir a cualquier integrante de la Asamblea de Defensores del Territorio Maya MÚUCH´XÍINBAL, pues sus declaraciones nos ponen –con toda intención criminal– en una situación aún más vulnerable. Recordemos que a pocos días de la “consulta indígena” (así, con comillas) del mal llamado tren maya, nuestro compañero Pedro Uc y su familia recibieron amenazas de muerte, como antes sucediera también con el compañero Gregorio Hau.
Es claro que los intentos por criminalizar la defensa del territorio del pueblo maya es una característica señera del mal llamado tren maya. Seguimos exigiendo su cancelación, pues es un proyecto mal concebido, mal diseñado, mal ejecutado (técnica, política y socialmente), corrupto y que está dividiendo y destruyendo kilómetro a kilómetro a un pueblo indígena que lucha con legalidad y toda la legitimidad del mundo por defender su identidad y su dignidad.